
Primero de todo, cuando la veamos lo primero que nos llamará la
atención es la hipersexualización que sufren los personajes femeninos a lo
largo de toda la película. Además, cuando busquemos por qué ocurre esto
(creyendo que es por algo ajeno a la simple intención de ganar más ventas) nos
daremos cuenta que el director es eso, un HOMBRE. ¿Una película de mujeres
sáficas que tiene de protagonistas a dos actrices heterosexuales y hecha desde
el punto de vista de un hombre que al parecer las cosifica para ganar más fama
y dinero? No es para nada impresionante en un sistema heteropatriarcal.
Según esto que acabo de decir, no nos impresionaremos cuando
aparezcan en pantalla las escenas sexuales tan duras y totalmente preparadas
(no hablando de forma buena) entre las protagonistas Adèle y Emma. Podría
decirse que es una película que tira hacia la pornografía, y así no se le puede
dar una buena visibilización a las bisexuales y lesbianas. ¿Por qué? Porque en
una sociedad entera que nos sexualiza por ser mujeres sáficas esta película más
que ayudar, sigue perpetuando una idea misógina.
Además de esto, las actrices Adèle y Léa cuentan que las condiciones
en las que trabajaron eran deplorables
por culpa del director Abdellatif
Kechiche. Según sus declaraciones, era violento con ellas y, en resumen, muy
autoritario. Les obligó a hacer la misma escena de sexo durante diez días
enteros hasta que quedara lo más erótico posible e incluso les pedía que
hicieran cosas tanto sexuales como no (encima de forma violenta e irrespetuosa)
con las que ellas no se sentían para nada cómodas. Relatan que para ellas fue
una experiencia traumática y que, claramente, nunca volverían a trabajar con
él.
(Tal vez alguien venga diciéndome
que cuando fueron a la alfombra roja con el director, hubo muchos besos,
abrazos, lágrimas cálidas y acogedoras… Todo mentira; estaban actuando para no
levantar ningún tipo de rumor ni sospecha. Ellas contaron toda la verdad en una
entrevista que se les hizo después de eso)
No poco, la autora de la novela
gráfica en la que se basa esta película, Julie Maroh, también habló contra la
adaptación de su novela ‘El azul es un color cálido’: Se quejó de que la
protagonizaran, como ya he dicho, dos mujeres heterosexuales, que nadie le
hubiera consultado nada y asimismo criticó el hecho que fuera dirigida desde el
prisma masculino privilegiado. También de que la obra fuera vitoreada por los
críticos masculinos puesto que algo pasaba para que al opresor le encantara
algo creado para y por la reivindicación LGTB y feminista.
“Salvo
en algunas secuencias, me pareció un escaparate brutal y
quirúrgico, exuberante y frío de supuesto sexo entre lesbianas que se convirtió en porno y me hizo
sentir mal de inmediato". Fragmento de lo que dijo Maroh acerca de este
metraje.
Ella creía que alguien les estaba enseñando a las chicas posturas
sexuales sacadas de porno lésbico y que no estaba siendo para nada algo cálido
y cómodo como ella retrataba en su novela.
Igualmente, aún sabiendo todo esto,
la película fue un éxito total tanto en Estados Unidos como en Francia puesto
que han sido cosas muy fuertes a las que no se les ha dado la importancia y
crítica necesaria. El directo, por supuesto, se aferró (y seguramente siga
haciendo) a sus privilegios masculinos y heterosexuales para no hacerse ningún tipo
de autocrítica aún habiendo recibido amenazas de denuncia por parte de Léa
Seydoux.
Si tenéis algo más que sea
importante y se me haya escapado, ¡no dudéis en decírmelo!
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